Cómo poner precio a tus servicios sin caer en los errores comúnes

Cobrar menos para poder competir…

Yo también pasé por ahí. Cuando empecé, no tenía ni idea de cómo ponerle precio a mis servicios. Así que hice lo que muchos hacen: espiar a la competencia y cobrar un poquito menos.

Pensaba que así iba a atraer más clientes. Y sí, algunos llegaron… pero no eran los clientes correctos, ni me sentía bien con lo que ganaba.

Con el tiempo entendí algo clave: el precio no se trata de ser más barato, sino de reflejar el valor que realmente ofrecés.

Y eso cambió por completo mi negocio

Si estás construyendo tu negocio digital mientras trabajás en relación de dependencia, capaz también te sentís confundido con este tema.

Querés poner precios que no espanten, pero tampoco querés regalar tu trabajo.

Y te preguntás: ¿Cómo saber si estoy cobrando bien? ¿Qué pasa si subo mis precios y nadie compra? ¿Cómo puedo poner precio sin caer en errores’

En este newsletter vamos a hablar de eso: cómo fijar precios basados en el valor que aportás, en lugar de mirar a la competencia y cobrar menos.

La consecuencia si fijas tus precios mal

Fijar mal tus precios puede dejarte atrapado en un ciclo que te impide crecer:

  • Trabajás más de la cuenta.
  • Ganás menos de lo que merecés.
  • Y atraés a los clientes equivocados, los que solo buscan “algo barato”.

Pero cuando entendés el valor real de tu servicio y lo comunicás bien, no solo podés cobrar más, sino que también te volvés más atractivo para los clientes que sí valoran tu trabajo.

Yo cometí estos errores (evita hacerlo tú también)

1. No cobrar lo suficiente

Pensás que si cobrás menos, más personas van a comprarte. Pero eso rara vez pasa.
Los precios bajos no solo bajan tus ingresos, también bajan tu motivación y la percepción de calidad de lo que hacés.
Si te ofrecieran $10 por un artículo o $500 por el mismo trabajo, ¿a cuál le pondrías más ganas?


2. Subestimar tus costos

Si solo cubrís gastos, no vas a crecer. Muchos negocios que “facturan bien” terminan igual en números rojos.
Lo que importa no es lo que entra, sino lo que queda.

3. Apuntar a los clientes equivocados

Los clientes que buscan lo más barato suelen ser los más exigentes.
Y si cobrás poco, no vas a tener recursos para darles un buen servicio.
Resultado: frustración para vos y para ellos.


4. No entender tu valor

Este es el error más grande de todos.
Si no sabés exactamente qué problema resolvés, para quién lo hacés y qué impacto tiene tu trabajo, te va a costar mucho justificar tus precios.
Y mucho más, subirlos.

Pon tus precios de acuerdo al valor

En vez de mirar a la competencia, te invito a mirar esto:

¿Qué tan valioso es lo que ofrecés para la persona correcta?

Para eso, hay 4 variables que definen el valor percibido: el resultado deseado, la probabilidad de logro, tiempo de demora y esfuerzo requerido

Posteo de Instagram

¿Cómo poner precio sin caer en estos errores?

  1. Revisá tus precios actuales: ¿Reflejan el valor que generás o están puestos por miedo?
  2. Hablá con tus clientes actuales o potenciales: ¿Qué problema les resolvés? ¿Qué les cuesta no resolverlo?
  3. Reescribí tu oferta: Mostrá claramente el resultado, el tiempo estimado y lo fácil que se lo vas a hacer.
  4. Aumentá tu precio gradualmente: Probalo con tu próxima propuesta. Medí la reacción. Ajustá.

Para cerrar…

Ponerle precio a lo que hacés puede generar inseguridad, lo sé.

Pero cuanto más claro estés en el valor que aportás, más fácil va a ser para otros pagarte lo que merecés.

💬 ¿Sentís que tus precios actuales reflejan el valor que ofrecés?

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Guillermo Escalante

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